Existen dos tipos de situaciones que siempre nos podemos encontrar: las que podemos controlar y las que no, este el primer filtro personal que a menudo me hago a la hora de enfrentarme a algo, me pregunto: ¿depende de mi? y si la respuesta es “no”, lo dejo pasar ya que nada quita tanta energía que intentar cambiar aquello que no “puedo”. Lamentablemente soy consciente que no puedo caerle bien a todo el mundo, ni controlar la opinión que tengan de mi, incluso a obligar que me quieran y menos aún a que la gente permanezca a mi lado contrario a su voluntad.
Lo que si depende de mi y
puedo controlar es intentar ser una buena persona y llegar a ser lo
que creo que soy, esto implica cambiar la expectativa de lo que no
depende de mi, por la satisfacción de haber dado lo mejor de mi,
aceptando que el resultado de las cosas no dependen de mi persona
pero lo que si puedo controlar es el proceso de las mismas. Parte de
este proceso es no olvidarme de dar las gracias por sacar unos
instantes de vuestro tiempo para felicitarme el cumpleaños, por
estar un año más en mi vida, por tenerme en cuenta y por quererme
de la forma que cada uno sabe.