lunes, 4 de abril de 2011

ENGROSANDO LA COLA DEL PARO.

También esta crisis me pone sus manos encima, me sujeta por las solapas, tanto laboral como sentimentalmente. Esta feroz verbena de la economía me afecta mandándome a engrosar las filas de parados de este país, esta nueva situación en la que por primera vez me encuentro ha dinamitado y minimizado todos los demás aspectos de mi vida, el equilibrio del que disfrutaba se me ha venido abajo, y me he encontrado con que no existía red que amortiguara la caída.


Soy consciente de que ahora debo cuidar bien donde piso, ahora voy a caminar por el borde de desfiladero abrupto, en el que la incertidumbre hará que tenga un vértigo emocional a la inestabilidad que presagia mi futuro. Pero es por las mañanas, es cuando anímicamente toco fondo, cuando despunta el alba el desasosiego se mezcla con la niebla, avanzando lentamente y regular como el pulso, y compruebo como el tiempo en todo el día no mejora; y aúnque se agradece, y no falta ni la filantropía, ni la generosidad, ni la falta de bastones humanos, como en todos los males nadie que no los sufra puede hacerse cargo de este angustioso avatar.

Noto como la depresión me va mordisqueando, la parálisis laboral trastoca el humor y el amor, se crean tensiones y proliferan las discusiones, y uno se siente incómodo entre las personas con las que mantiene algún tipo de relación, hasta el aire que respiro me parece poco hospitalario; el fracaso, porque uno en estos momentos así lo entiende, el fracaso digo, uno lo siente solo, extremadamente desamparado en la contienda, así en el ir y venir de los días, sin llegar a entender, sin sentirme comprendido y sin esperanza.

Cuando has conocido siempre la estabilidad laboral, y en la vida se instala algo que se asemeja mucho a la felicidad, cuando todo eso queda patas arriba, sientes vértigo y vergüenza, y sientes que no estas limpio de culpa, y que con los labios vencidos de implorar un nuevo rumbo y flaqueándome el aliento me siento incapaz de solventar el inevitable amotinamiento de la desazón y la hiel.

La conciencia voraz y chillona me indaga, rasca, hurga en la herida, busca la causa y la encuentra, pero sigue su búsqueda, no descansa, sólo cuando el cansancio la vence se duerme como un viejo edificio deshabitado en espera de su inminente demolición, pero me temo que cuando despierte mi conciencia, también culpable, reanudará frenéticamente su cabalgadura por este calvario.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...


Espero que os haya gustado,hasta el punto de arrebataros un suspiro.