sábado, 14 de mayo de 2011

METÁFORA DE UN SENTIMIENTO

Todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender nosotros solos. Necesitamos como parte indispensable el oxígeno y algo que combustione, por ejemplo, una vela. Sólo que en nuestro caso el oxígeno debe provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada. La luz de la vela, sin embargo, puede provenir de cualquier cosa, por ejemplo, como una melodía, palabra, caricia, etc, cualquier cosa que dispare el detonador y encienda una de las cerillas.

Por tanto, cada persona tiene que descubrir cuales son sus propios detonantes para poder vivir, ya que la combustión que se realiza al encenderse una de ellas, ¡eso!, es lo que nos nutre de energía el alma. Si no existiese detonador para los fósforos, entonces la caja de cerillas se humedece y ya nunca podremos encender uno sólo de ellos. Puedo estar seguro de que hay muchas maneras de poner a secar una caja húmeda.

Claro que también es muy importante encender las cerillas una por una, ya que, si por una emoción intensa se encendiesen todas de un sólo golpe, se produce un resplandor tan fuerte que aparece ante nuestros ojos un túnel esplendoroso que nos muestra el camino que olvidamos al nacer y, a la vez, nos llama para encontrar nuestro perdido orígen divino.
 
 
Nota: Metáfora de la obra "Como agua para chocolate"

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...


Espero que os haya gustado,hasta el punto de arrebataros un suspiro.